Un antiguo fantasma despertó y forzosamente se apodero de mi: era ese viejo, salvaje pero casi olvidado ideal de perfecta neutralidad.

sábado, 28 de junio de 2014


Me he dado cuenta que, decirle adiós al amor, es 
como pasar por el mismo proceso de duelo con un muerto.
a) Los primeros días lo lloras sin consuelo alguno.
b) Días más tarde: la herida deja de punzar tan fuerte, estas más resignada 
y ya no lloras tan seguido. 
c) Pasado una semana y/o un poco más: sin darte cuenta  tu vida comienza a ser la
misma de siempre. Duele, si, pero no lo suficiente para arruinar tu día, ni los días por venir.
Y aquí es cuando comienza el proceso de: ya te lloré, ya se sentí y ahora pasas a ser un
recuerdo que se lo llevará seguramente el olvido en algún tiempo más.
d) Algún tiempo después: ves su foto o algo de él y te quedas pensando que sería si....
pero luego de un instante vuelves a la realidad y dices, que mierda, tengo mejores cosas
que hacer y lo dejas ahí, sin más.

La resignación hacia el amor es algo parecido.
Te quiero, te lloro, te olvido.
Naturaleza humana. 


 Sé que el amor es solo un grito en el vacío, que es inevitable el olvido, que estamos todos condenados y que llegará el día en que nuestros esfuerzos volverán al polvo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario